El arte olmeca era muy complejo, tiene muchos elementos que todavía se están investigando. Los más importante y conocido son posiblemente las Cabezas colosales Olmecas, que son un ejemplo de escultura monumental y una de sus mejores representaciones artísticas. Se cree que pueden representar a guerreros o a jefes. Se conocen 17 ejemplares. Una característica llamativa de estas cabezas colosales es la marcada apariencia negroide, lo que ha llevado a diferentes conjeturas. Se han lanzado hipótesis que sugieren algunos contactos interoceanicos en tiempos antiguos, pero se ha rechazado esta teoría, aunque sigue habiendo muchas incógnitas sobre su significado. Las 9 primeras que se encontraron, estaban primero en San Lorenzo, y se trasladaron a La Venta, donde fueron enterradas. Se cree que podrían representar cabezas de enemigos, de ahí el enterramiento, o de jefes, y se enterraron cuando éstos murieron. Se cree que podrían tener rasgos idealizados, felinos, y de ahí ese aspecto. Se cree que son guerreros y no dioses por los cascos que llevan. Fueron construidas con basalto traído desde grandes distancias. Pesan muchas toneladas y miden hasta 3 y 4 metros de altura.
Se han encontrado en esa misma zona elementos de alfarería, figurillas y fragmentos cerámica que corresponden al periodo de crecimiento entre el año 1500 y el 1150 adC. La cerámica es lo más pobre de la cultura, normalmente monocroma, y sin una gran variedad de tipología. De color negro y sin decoración elaborada. El uso del basalto y de la obsidiana comenzaron a destacarse en esa época. Se constata el uso de cuarzo, piritas y todas las piedras duras. También se usaron otro tipo de piedras, como el jade, para realizar máscaras funerarias.
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